domingo, 20 de marzo de 2016

Ángel Blanco, destacado pintor cruceño

Pintura: 

Ángel Blanco, destacado pintor cruceño

Ángel Blanco: Una pintura que retrata la esencia del habitante del oriente boliviano. (Escrito por el Dr. Harold Suarez Llapiz) El taller de Ángel Blanco se encuentra ubicado a orillas del río Piraí, en los alrededores de la próspera ciudad de Santa Cruz de La Sierra.En este pintoresco lugar reside hace casi treinta años, aislado del intenso movimiento y el estresante bullicio que caracterizan a la emergente metrópoli oriental.Observar a diario el movimiento de los numerosos carretones que cruzan el río cargados de yuca, frutas y plátanos provenientes de las comunidades llamadas Las Cruces y Terebinto han sido la mejor fuente de inspiración para crear su obra.Blanco también suele viajar al Beni para estudiar las escenas de sus pueblos más remotos, donde todavia su gente lleva una vida apacible.Es que a estas tierras no ha llegado aun tanto progreso y su tranquila forma de vida, le remite a la Santa Cruz de antaño.Es el lugar perfecto para iluminar su mente de nuevas ideas que enriqueceran sus composiciones pictóricas.Blanco pinta lo que pueden evidenciar sus ojos.Posteriormente al retornar a su taller, todo lo visto será inmortalizado en sus lienzos, con la ayuda de su talentoso pincel. Angel Blanco evoca como nadie las escenas costumbristas del oriente boliviano.Ha ido asimilando todas las vivencias obtenidas gracias a que ha cultivado una aguda capacidad de observación.Nos hace añorar inevitablemente todos estos aconteceres que ya se han ido perdiendo poco a poco con el transcurrir del tiempo. Bien podríamos decir, de que incluso se trata de una pintura épica.Por otro lado, Angel capta con singular precisión la fisionomía y el perfil psicológico de sus personajes retratados.Al ser un provinciano, también es un hombre de campo, y como tal, los ha visto y estudiado desde siempre.Muchas veces el camireño añade a sus retratados una dosis de picardía y jocosidad que caracterizan al habitante comun de estos lugares.Aparecen sus conocidos galleros, quienes con un cigarrillo consumido entre sus manos esperan el correr de una apuesta para lanzar sus entrenadas aves al feroz ruedo.También las comunes riñas de gallos se llevan a cabo en alejadas estancias ganaderas y son un motivo de distracción para los hombres de campo en medio de la soledad y el aislamiento que viven a expensas de sus condiciones de trabajo.El tradicional culipi matiza el reencuentro de un grupo de amigos cobijados bajo una pequeña tapera recubierta por hojas de motacú.Un tradicional Buri es amenizado por una alegre tamborita, que entona un taquirari que hace bailar a un pequeño, pero entusiasta grupo de personas.En otro lienzo, una improvisada pascana tiene como protagonistas a una pareja de campesinos que prepara un locro criollo, mientras detiene su largo recorrido hacia algún destino final.En una de sus obras de gran formato, un camba arrofaldao y audaz, espía desde la "banda" del río a unas jóvenes bañistas, bien resguardado entre una hojarasca, o escondido detrás de un frondoso árbol.Con picardía y cierto descaro dirige su mirada al espectador del cuadro para convertirlo en un ocasional cómplice de la escena, puesto que través de señales le solicita guardar silencio para no alertar a las desprevenidas damas de su comprometedora presencia en el lugar. Angel Blanco nació en la localidad de Camiri, en el departamento de Santa Cruz hace 62 años.Su formación es autodidacta.Ha realizado innumerables exposiciones individuales y colectivas a lo largo de su carrera.En 1987, obtuvo el Primer Premio en la VI Bienal de Artes Plásticas de Santa Cruz. Su obra se encuentra representada en importantes colecciones publicas bolivianas y en numerosas colecciones privadas alrededor del mundo. La obra de Ángel Blanco es primordialmente descriptiva, puesto que revela al genuino personaje del oriente boliviano tierra adentro, este puede ser cruceño, beniano o pandino, es indistinto; al fin y al cabo todos ellos se desenvuelven en un hábitat similar.Lo describe sin tapujos a través de la ilusión óptica que nos ofrece su denso hiperrealismo de carácter costumbrista.La mayoría de las veces obtiene una pintura de acabado limpio, sin embargo, en algunas otras piezas deja en evidencia ciertos rastros de improlijas manchas de pincel.Pese a todo reconozco que es uno de los escasos y destacados cultores del arte fotorealista en Bolivia, que requiere de un gran talento y particular dedicación, para poder alcanzar la anhelada perfección.Blanco trabaja auxiliado del recurso de la fotografía, posteriormente reproduce cada escena en principio captada por la cámara durante sus viajes, y posteriormente las plasma en sus lienzos fielmente, con singular meticulosidad por medio de una agudeza óptica llevada a cabo con acertado virtuosismo técnico, que supera la visión del simple objetivo fotográfico. Los detractores del hiperrealismo manifiestan que esta corriente no enriquece a la pintura del siglo XXI, porque según ellos es simplemente un retroceso a las antiguas formas académicas, teoría que se ha reforzado ahora con el recurso de una fotografía intervenida por las computadoras.Entonces resulta para dichos teóricos un medio de expresión obsoleto.Nada más alejado de la realidad, y la obra de Blanco es una muestra fehaciente de ello.Haciendo caso omiso a estos entredichos, el artista cruceño se ha mantenido siempre fiel a esta tendencia estética.Es que ya se ha comprobado, ( y aclaro oportunamente que no tengo ningun afán en desmerecerla) de que la rigurosa fotografía, pese a que es un aventajado y formidable recurso tecnico, por más manipulación que sufra no podría captar jamás el espíritu del retratado, como lo puede hacer con contundencia un artista mediante una pintura ejecutada con sus propias manos. Blanco domina casi a la perfección las técnicas de perspectiva y puntos de fuga en sus obras de gran formato.Con los años de trabajo ha desarrollado una gran habilidad para el retrato.El oficio que posee le permite representar objetivamente la realidad visible.Es notable la calidad del dibujo, que es concreto y de trazo preciso.Denota un dominio absoluto en el manejo de las proporciones, luces, reflejos y sombras, además aplica el color por medio de veladuras y empastes con gran destreza en el atrapamiento de la luz en el lienzo. La obra del pintor cruceño revela una sensibilidad innata y un ferviente compromiso con la belleza amazónica que lo cautiva.Por ello le gusta plasmarla tal y como él la ve.Sin vueltas y sin rodeos, como el buen camba que es.Por medio de sus creaciones transmite todas sus vivencias, sentimientos e inquietudes.Reivindica a su modo todo lo natural, lo auténtico y lo bello, que está inmerso en un universo que hoy por hoy ha sido aislado por el desarrollo de los adelantos tecnológicos.Esta separación entre el hombre y su mundo es precisamente lo que pinta el hiperrealismo de Ángel Blanco. Definitivamente estamos ante un artista, que captura magistralmente la esencia de aquellos habitantes que residen en los cantones más alejados de las cálidas regiones del país. Dr. Harold Suárez Llápiz Crítico e investigador de arte boliviano y creador de la pagina Arte Boliviano Contemporáneo (Estudio Critico publicado en el Suplemento Cultural Brújula del Diario Mayor El Deber de Santa Cruz y en el Suplemento Cultural Fondo Negro de La Prensa de La Paz)

 Algunas de su Obras: